Odontología conservadora
La caries es la patología de mayor incidencia en el mundo. Se caracteriza por la destrucción de los tejidos del diente a causa de múltiples factores (ingesta de azúcares, falta de higiene bucal, etiología genética…) y puede derivar en dolor e infecciones.
El tratamiento consiste en eliminar el tejido dental afectado y sustituirlo con un material restaurador. En Clínica Dental Stoma se utiliza la resina compuesta como material de elección.
Es conveniente fomentar la detección precoz de la caries a través de revisiones periódicas continuadas, especialmente en personas jóvenes, ya que los esmaltes aún no están formados.
Preguntas frecuentes
¿En qué consiste la odontología conservadora?
La odontología conservadora consiste en la eliminación del tejido dentario afectado por la caries y la restitución de la cavidad dañada mediante materiales odontológicos para devolverle a la pieza dental la función y la estética adecuada.
Las revisiones periódicas junto a las exploraciones radiológicas adecuadas permitirán un diagnostico precoz de la caries evitando el tratamiento de endodoncia o en el peor de los casos la extracción.
¿Qué es la caries?
La caries dental es una infección del diente, una enfermedad bacteriana destructiva de las estructuras dentales producida por una serie de microbios que viven en nuestra boca. Al comer, los azúcares ingeridos que se han quedado en la boca se metabolizan por la placa bacteriana y, al metabolizarse, se producen unos ácidos que hacen que el pH intraoral descienda. El descenso del pH ataca a la estructura mineral del esmalte provocando su desmineralización.
La placa bacteriana es un sistema ecológico formado por una comunidad bacteriana, rica en microorganismos aerobios y anaerobios, que se desarrolla en las superficies dentales con escasa limpieza. El streptococcus mutans es un asiduo microorganismo de nuestra boca y el principal germen que coloniza la cavidad bucal. Por tanto las caries se producen por la confluencia de varios factores, principalmente las bacterias que producen ácido, los dientes susceptibles, los hidratos de carbono fermentados (dulces, leche…) el tiempo con que los dientes están expuestos a los ácidos y la calidad de la higiene oral. Todo ello provoca un estado idóneo para la rápida propagación de las bacterias que provocan los ácidos que deshacen el esmalte del diente.